Cuando uno camina por el centro histórico y ve con mucha pena el descuido que existe en el control del comercio informal se tiene que preguntar ¿Dónde está la Gente? Ustedes también se preguntarán ¿Cuál gente? Pues la de la que hoy se denominada “Seguridad Ciudadana”, impuesta por el alcalde, esa que antes se denominaba “Policía Municipal”.
La gran diferencia es que, dicen que las comparaciones son odiosas pero a veces es necesario hacerlo, en la “gestión anterior” existían solamente 75 efectivos contratados mediante services y el centro estaba mejor controlado; ahora, en esta gestión, existen más de 400 efectivos contratados. Es decir 325 a 350 más. ¿Se imaginan lo que se puede hacer con esa cantidad de efectivos? ¿O solo es el pago de favores políticos o para usarlos en campañas proselitistas?
A pesar de contar con esa voluminosa cantidad de efectivos, el Centro Cívico está sumamente descuidado. Aquí unos ejemplos:
En la plazuela el Recreo se estacionan hasta camionetas a vender sus productos, además de otros comerciantes. En este caso ¿Dónde estaba el personal que debe cuidar esta plazuela? ¿Dónde estaba el jefe? En el centro no lo conocen. Lo mismo sucede en el paseo peatonal de esa zona. Vendedores de fruta, de discos, de sebos de culebra, etc, se apostan causando desorden además de contaminación sonora y dejar sucio el lugar despues de su venta.
En el mismo jirón Pizarro, se apostan otros tricicleros aprovechándose de la ausencia del personal de control municipal. Si uno pasa frente a Metro, en plena esquina de Pizarro y Junín se ve a uno de ellos. Otro vendedor está ubicado en la cuadra del partido Aprista. Eso es pan de todos los días.
Conversando con un funcionario de la actual gestión, que pasó de casualidad por el Jirón Pizarro, y al mostrarle que en ese mismo momento y en la misma calle existían tres carretilleros, uno en la esquina de Pizarro y Colón, otro a la altura de Saga y el otro en la cuadra del club Central, dicho trabajador manifestó que “se estaba perdiendo la objetividad de lo que es seguridad ciudadana y la necesidad de controlar el Centro Histórico”, “siento vergüenza ajena” dijo. Seguridad ciudadana no es solo correr y aparecer después de que ha ocurrido un asalto o accidente.
Seguridad ciudadana es la situación ideal de orden, tranquilidad. Es decir lograr también el control de la contaminación sonora, de los espacios públicos, realizar campañas en las zonas críticas y de riesgo.
Por ello es necesario reformular la programación del personal para que exista un efectivo por cuadra, por lo menos en las horas punta. Que esta sugerencia u opinión no sirva para vengarse del personal que cumple órdenes porque de ellos no es la culpa para no estar donde deben estar. El recorrer la ciudad a pie nos hace verla mejor. Y, esto es solo lo relacionado con el comercio informal, porque lo demás es quizás peor.
La gran diferencia es que, dicen que las comparaciones son odiosas pero a veces es necesario hacerlo, en la “gestión anterior” existían solamente 75 efectivos contratados mediante services y el centro estaba mejor controlado; ahora, en esta gestión, existen más de 400 efectivos contratados. Es decir 325 a 350 más. ¿Se imaginan lo que se puede hacer con esa cantidad de efectivos? ¿O solo es el pago de favores políticos o para usarlos en campañas proselitistas?
A pesar de contar con esa voluminosa cantidad de efectivos, el Centro Cívico está sumamente descuidado. Aquí unos ejemplos:
En la plazuela el Recreo se estacionan hasta camionetas a vender sus productos, además de otros comerciantes. En este caso ¿Dónde estaba el personal que debe cuidar esta plazuela? ¿Dónde estaba el jefe? En el centro no lo conocen. Lo mismo sucede en el paseo peatonal de esa zona. Vendedores de fruta, de discos, de sebos de culebra, etc, se apostan causando desorden además de contaminación sonora y dejar sucio el lugar despues de su venta.
En el mismo jirón Pizarro, se apostan otros tricicleros aprovechándose de la ausencia del personal de control municipal. Si uno pasa frente a Metro, en plena esquina de Pizarro y Junín se ve a uno de ellos. Otro vendedor está ubicado en la cuadra del partido Aprista. Eso es pan de todos los días.
Conversando con un funcionario de la actual gestión, que pasó de casualidad por el Jirón Pizarro, y al mostrarle que en ese mismo momento y en la misma calle existían tres carretilleros, uno en la esquina de Pizarro y Colón, otro a la altura de Saga y el otro en la cuadra del club Central, dicho trabajador manifestó que “se estaba perdiendo la objetividad de lo que es seguridad ciudadana y la necesidad de controlar el Centro Histórico”, “siento vergüenza ajena” dijo. Seguridad ciudadana no es solo correr y aparecer después de que ha ocurrido un asalto o accidente.
Seguridad ciudadana es la situación ideal de orden, tranquilidad. Es decir lograr también el control de la contaminación sonora, de los espacios públicos, realizar campañas en las zonas críticas y de riesgo.
Por ello es necesario reformular la programación del personal para que exista un efectivo por cuadra, por lo menos en las horas punta. Que esta sugerencia u opinión no sirva para vengarse del personal que cumple órdenes porque de ellos no es la culpa para no estar donde deben estar. El recorrer la ciudad a pie nos hace verla mejor. Y, esto es solo lo relacionado con el comercio informal, porque lo demás es quizás peor.